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Mosca blanca: Cómo reconocer, combatir y prevenir esta plaga

30 marzo 2023

La mosca blanca es una de las plagas más frecuentes en agricultura y jardinería. Aparece especialmente en las épocas con calor y humedad y puede atacar a un gran variedad de plantas para alimentarse de su savia; siendo todo un quebradero de cabeza para muchos agricultores.

Hay muchos tipos de mosca blanca diferentes y en su mayoría, se alimentan de diferentes tipos de plantas; provocando auténticos estragos en el huerto, invernadero o jardín. Esta plaga, es especialmente frecuente en los invernaderos. Por sus condiciones de temperatura y humedad estables, la mosca blanca puede aparecer durante todo el año.

Por suerte, la mosca blanca puede combatirse fácilmente y, todavía mucho más sencillo, su aparición puede prevenirse siguiendo unas recomendaciones básicas.

Como especialistas en invernaderos, en este artículo del blog de Sistemas Hortícolas Almería te contamos todo lo que necesitas saber para reconocer, combatir y prevenir la aparición de la mosca blanca. ¡Sigue leyendo y toma nota de todas las claves!

¿Cómo reconocer a la mosca blanca?

La mosca blanca es un pequeño insecto alado de color amarillo cubierto por una cera protectora que le da un aspecto blanquecino. Cuenta con un tamaño que no llega a los 2 mm y se alimenta de savia, utilizando su aparato bucal picador y chupador para extraer los azúcares de las plantas.

Existen diferentes variedades de mosca blanca, algunas de las más comunes son la Aleyrodes proletella o mosquita blanca de la col, la Trialeurodes vaporariorum o mosca blanca del invernadero, la Aleurothrixus floccosus o mosca blanca de los cítricos y la Bemisia tabaci, con capacidad para parasitar prácticamente cualquier variedad.

Síntomas y efectos del ataque de mosca blanca

La mosca blanca provoca en las plantas unos efectos parecidos a otras plagas similares como los pulgones o las cochinillas. 

Es decir, provoca decoloración, secado y caída de las hojas. También es posible que detectes hojas retorcidas o deformadas cubiertas de una melaza brillante y pegajosa. Esta melaza, por cierto, también puede dar lugar a otras plagas secundarias como las hormigas o la negrilla.

Otro peligro de la mosca blanca es que puede actuar como transmisora de enfermedades entre plantas. Es decir, si se alimenta de una planta enferma y luego de una sana, hay riesgo de transmisión.

El efecto de la mosca blanca puede llegar a ser letal para las plantas más jóvenes aunque en aquellas más fuertes los daños son limitados, se limitan a un efecto estético y a una merma productiva para el espécimen.

¿Cómo acabar con la mosca blanca?

Hay diferentes fórmulas para enfrentarse a la mosca blanca, las más recomendadas son el uso de trampas cromáticas y los tratamientos con jabón potásico o aceite de Neem. Te contamos en qué consisten a continuación:

  1. Trampas cromáticas: Son una especie de cartulinas con un material adhesivo que se cuelgan cerca de las plantas afectadas. Por su color llamativo, atraen a los insectos que se quedarán atrapados por el pegamento.
  2. Jabón potásico: Se trata de un producto de limpieza a base de potásico que te permite combatir las plagas de forma ecológica. Simplemente hay que utilizarlo para limpiar las plantas afectadas y listo.
  3. Aceite de Neem: Es otra forma ecológica de combatir la mosca blanca y otras plagas porque, aplicado mediante un pulverizador o mediante el riego, le da un gusto amargo a la savia; haciendo que deje de resultar atractiva.

Cómo prevenir la aparición de la mosca blanca

Como ocurre con la mayoría de plagas, la prevención es la mejor fórmula para evitar que se ceben con nuestros cultivos. En el caso de la mosca blanca, prevenir su aparición es tan sencillo como llevar a cabo un correcto mantenimiento en el invernadero.

Concretamente, es fundamental evitar estos tres factores de riesgo:

  1. Abonos mal equilibrados: El exceso de nitrógeno, especialmente, facilita la aparición de plagas y enfermedades. Este elemento hace que la planta crezca en exceso con unos tejidos demasiado tiernos y accesibles para los parásitos.
  2. Presencia de malas hierbas: Es un factor que favorece la aparición y la transmisión de plagas y enfermedades. Una forma muy sencilla de prevenir su aparición es vigilar el riego e instalar una tela cubresuelos o antihierbas.
  3. Poco especiado entre plantas o poda deficiente: La falta de espacio o la ausencia de poda afecta a la circulación del aire entre las plantas y favorece la aparición de todo tipo de plagas y su proliferación.

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